Primer dia de uni... por segunda vez.
La emoción del año pasado sólo se ha manifestado en un momento y esperaba que mi ser no me defraudara sintiéndose indiferente ante ese acontecimiento: acabar de subir las escaleras mecánicas de la parada y tickar para salir de la estación. En cuanto salgo a la calle el corazón me va a mil, me pongo nerviosa (ahora menos) en los dias que se que puede ocurrir algo importante y en algunos otros en los que me dejo llevar por el tun-tun desenfrenado de mi corazón, que como muchas veces, se pone así sin motivo alguno. Quitando eso, el dia ha trascurrido tranquilo y más positivista de lo normal, porque estoy buscando una larga lista de motivos buenos por los que ir a clase por la tarde que sirvan para contrarrestar la triste realidad, que es que no voy de mañanas con mis (ya puedo atreverme a decirlo) amigos. Me levantaría pronto todos los días sólo para ir a clase con ellos. Pero no, así que mi lista de momento consiste en: 1. Voy a poder hacer ejercicio. Si, podré ir a las clases de zu...