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Mostrando entradas de febrero, 2016
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Una de mis teorías es que a los tios no les gusta la palabra "feminista" porque suena a que vamos a feminizarlo todo.  Es como si sintieran que si dicen que son feministas les fuera a gustar travestirse y ponerse faldas y sujetadores, los jaboncitos con olor a rosas y los lacitos en el pelo. Y sobre todo, que se les fuera a caer el pene.  A ver, no niego que la palabra de pie a eso. ¿A que hemos venido las feministas? "A feminizar" podría pensar cualquier cateto. A nosotras, una vez descubrimos lo que significa e implica, no nos es incómodo pronunciarlo a no ser que intuyamos que nos pueden llamar "feminazis" (porque en el mundo hay imbéciles ya tiene que haber de todo). A ellos les cuesta. Pueden hablar de igualdad, de "yo defiendo la igualdad entre géneros/personas/animalitos del bosque" pero les cuesta muchísimo decir "yo-soy-feminista" aunque sepan lo que es e incluso aunque lo sean.  No se por que me da la sensación

No me abandones.

Contraria a lo que me dicen mis instintos, si me deja tirada yo estoy ahí. Si me pospone una cita acudiré a la siguiente. Pero es duro cuando te encuentras a una gran amiga en el metro después de meses sin veros y que espontáneamente de ella surja la idea de irse ya a tomar una cerveza pero, y aquí es donde decae la emoción, primero tiene que llamar a su novio para ver hasta que hora se puede quedar porque luego, quizás, tengan que hacer planes juntos.  Y te sientes un segundo plato horrible. Puedo tolerar, incluso entender que una amiga desaparezca del mapa durante los cuatro primeros meses de su relación. El enamoramiento te atonta, todo es demasiado bonito para ser verdad y lo entendemos, a todas nos pasa. Pero es en ese periodo crítico en el que no hay que dejarse llevar tanto por el amor porque acabas, tres años después, terminándote una cerveza de un trago porque a las 8:30 has quedado con él.  Nos sentamos en el tranvia y sacó de la mochila un poema, largo, escrito a

Possessió i cels. Llibertat i seguretat.

No se quan ni com vaig assabentar-me de que els cels no eren per a mi, que no m'afectaven, que no els sentia. O almenys no al nivell que se suposava que tenia que sentir-ho. Per que clar, encara que no ho diguen, implícitament te tens que ofendre si algú te alguna mostra de carinyo en la teva parella i et tens que sentir alagada si ell es celos de tu, si es fica com una bèstia si algú se t'apropa. Ací, per a mi, juguen un paper molt important dos conceptes: la propietat i la inseguretat . Considerar a l'altra persona com a "algo" en compte de com a "algú" el despersonalitza de tota humanitat i passa a ser algo que es pot posseir i intercanviar. La persona es alguna cosa que es pot obtindre a canvi de algo (encara no se molt be qué) i que passa a ser de la propietat del company en quant es forma la parella.  ¿Per què tenim tan normalitzat o tan assumit eixe traspàs del poder de una persona a l'altra? ¿Des de quan considerem que tenim dret a ser pr

Que es y que no es ser feminista.

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Helous. De eso que desde que descubres que existe el término "feminazi" eres feminiazi a ojos de Dios y de la Santa Madre Iglesia de la Inquisición. La Inquisición yo-lo-se-todo, obvio. Así que mira, acepté vivir considerándome feminista y siendo considerada feminazi, una cosa no quitaba a la otra porque una era y la otra no. También hay que dejar a los demás ser felices con su ignorancia.  Hasta que llegó el genial dia en el que un tio (oh) amigo mio (doble oh) y superhipermegaultra concienciado con la lucha de clases, anarquista, barrio obrero for ever, opresió, etc. (redooble de tambor y expectación máxima) subió una foto a Facebook. Esta foto, concretamente: Bien. No, no, genial. Ahora van a venir ellos a decirnos QUE es ser feminista y QUE NO es serlo. Resulta que el mensaje implícito en todo esto es que tu, hagas lo que hagas por la "supuesta lucha" feminista nunca llegarás a ser tan, tan feminista como las mujeres kurdas que matan a tiros a los

Las llaves.

Fue en la zona de patinaje de un parque al lado de mi casa. Yo aún iba a los Scouts pero creo que me salté ese dia el ir y nos fuimos una amiga y yo (ya hace muchos años que perdimos el contacto) allí, a ver a alguien, seguramente un chico. Yo tendría unos 12 años. Recuerdo que ella estaba muy activa, era muy habladora y echá p'alante. Siempre me había acordado de ese día, no sabia nunca muy bien por qué pero tenia flashes de aquella tarde y hoy ya se por qué la recuerdo .  Cogió su llavero y se puso una llave entre cada espacio de los dedos. A mi me pareció muy raro lo que hacía hasta que me explicó que ella hacia eso si iba sola a casa por si alguien le atacaba, pues sacaba el puño y se le clavaban las llaves.  Hizo que sacara yo mi llavero y primero intenté ponérmelo yo cómodamente pero necesité su ayuda para acomodarlo. Ahora aquella mano me recuerda a Lobezno. Y ahora caigo de que aprendí a tomar medidas contra posibles agresiones porque sin duda algún dia las sufr