Esto no tiene ni nombre ni solución.
Ese bonito momento incómodo que pasa entre que sugieres que vaya toda la familia al psicólogo y que tus padres se estén arreglando para irse de casa. Siempre he dicho que del dolor se extrae buena literatura pero, ¿y de la decepción? ¿Y de la frustración? Cuando era más joven no entendía por qué a mi profesora de Castellano le gustaban tanto esos libros de autores españoles criados en un pueblo o ciudad gris que narraban historias tristes y dramas que luego enfundaban en libros gruesos de páginas amarillas que se quedaban abandonados en estanterías viejas hasta que un alma en pena iba a recuperarlos. Supongo que las historias más bellas no son de amor, ni las mejores tratan sobre la alegría, ni la felicidad inspira a nadie. La decepción, la tristeza, el sufrimiento, la pena y el dolor son los sentimientos que inspiran las grandes obras de la literatura. Alguna vez me he preguntado que pasaría en caso de que hiciera algo grande en la vida y a alguien se le ocurri...